16 Joab mandó tocar el cuerno y el ejército dejó de perseguir a Israel,
porque Joab retuvo al ejército.
17 Tomaron a Absalón, le echaron en el bosque en un gran hoyo y
pusieron encima un gran montón de piedras; y todo Israel huyó, cada uno a
su tienda.
18 Estando en vida, había decidido Absalón alzarse la estela que está
en el valle del rey, pues se había dicho: « No tengo hijo para perpetuar mi
nombre», y había puesto a la estela su mismo nombre. Se llama «La Mano
de Absalón», hasta el día de hoy.
19 Ajimaas, hijo de Sadoq, dijo: «Voy a correr y anunciar al rey la
buena noticia de que Yahveh le ha librado de manos de sus enemigos.»
20 Pero Joab le dijo; «No serás tú hombre que dé buenas noticias hoy.
Otro día las darás; hoy no las darás porque el hijo del rey ha muerto.»
21 Y Joab dijo al kusita: «Anda y anuncia al rey lo que has visto.» El
kusita se postró ante Joab y partió a la carrera.
22 Insistió de nuevo Ajimaas, hijo de Sadoq, y dijo a Joab: «Pase lo
que pase, yo también quiero correr tras el kusita.» Joab le dijo: «¿Para qué
vas a correr, hijo mío? aunque vayas, por esta noticia no te van a
dar
albricias.»
23 El dijo: «Pase lo que pase, voy a correr.» Entonces le dijo:
«Corre.» Ajimaas corrió por el camino de la vega y adelantó al kusita.
24 Estaba David entre las dos puertas. El centinela que estaba en el
terrado de la puerta, sobre la muralla, alzó la vista y vio a un hombre que
venía corriendo solo.
25 Gritó el centinela y se lo comunicó al rey y el dijo: «Si viene solo,
hay buenas noticias en su boca.» Mientras éste se acercaba corriendo,
26 vio el centinela otro hombre corriendo y gritó el centinela de la
puerta: «Ahí viene otro hombre solo, corriendo.» Dijo el rey: «También éste
trae buenas noticias.»
27 Dijo el centinela: «Ya distingo el modo de correr del primero: por
su modo de correr es Ajimaas, hijo de Sadoq.» Dijo el rey: «Es un hombre
de bien; viene para dar buenas noticias.»
28 Se acercó Ajimaas y dijo al rey: «¡Paz!», y se postró ante el rey,
rostro en tierra. Luego prosiguió: «Bendito sea Yahveh tu Dios que ha
sometido a los hombres que alzaban la mano contra mi señor el rey.»